lunes, 29 de marzo de 2010

EL CONGUILLIO: EL PARAÍSO EN LA TIERRA

Hola de nuevo!!
Ya hace varios días que nos encontramos con Marie y Simon, los amigos franceses con los que ya habíamos pedaleado desde Villa O’Higgins hasta Torres del Paine. Habíamos quedado en encontrarnos en Villarrica, que junto con Pucón es unos de los mayores destinos turísticos chilenos. Al llegar nos conectamos a internet y vimos que había cambio de planes: nos esperaban en las termas de Minetué, donde estaban disfrutando de una bonita cabaña con acceso a las intalaciones termales y un desayuno de reyes incluído. Ante tales placeres no podíamos negarnos!
Pasamos un día de relax absoluto remojados en agua, jugando a cartas a la orilla de la chimenea y comiendo brownie recién salido del horno. Pero el descanso no podía ser eterno, así que al día siguiente arrancamos todos juntos, pasando de nuevo por Villarrica y tirando al norte en dirección el Parque Nacional Conguillio, el cual nos habían recomendado muchos otros ciclistas, y con razón.
Lo alcanzamos en dos días de pedaleo, en su mayoría camino de ripio ascendiente ya que se encuentra a mil y pico metros. Es un auténtico paraíso a los pies del volcán Llaima, donde contrasta el verdor espeso de sus bosques montañosos con la planície de aspecto lunar originada por la lava de sus últimas erupciones.
Hemos pasado allí tres noches, todas en lugares idílicos con vistas al volcán y a diversas lagunas, donde hemos podido bañarnos bajo el sol abrasador- por fin hace temperatura de verano ahora que empieza el otoño!
Hicimos una excursión a la montaña Sierra Nevada con bonitas vistas de las lagunas y el volcán. Allí pudimos admirar cóndores de bastante cerca.
En dicho parque también se encuentran unos árboles muy característicos de esta zona: las araucarias. Algunos ejemplares tienen más de 3.000 años, siendo los terceros árboles más longevos del planeta. Crecen en lugares muy remotos, así que es algo excepcional.
Como el clima era tan bueno y teníamos el parque entero para nosotros solos, dejamos de pedalear por un día para disfrutar de los baños en el lago, la lectura en la hamaca, la pesca y los juegos de cartas al lado del fueguito.

jueves, 18 de marzo de 2010

NAVIMAG... Y MÁS...

Estamos en Entre Lagos, una localidad a orillas del lago Peyehue, a la altura de Villa de La Angostura argentina, muy cerca de donde hace casi tres meses empezamos a pedalear por la Patagonia con la diferencia de que ahora lo hacemos hacia norte. Llegar hasta aquí desde Ushuaia ha sido todo un periplo…

Partimos del Fin de Mundo en bus y tras 16 horas de viaje llegamos a Puerto Natales, de donde partía el ferry Navimag que durante cuatro días (del lunes 8 al viernes 12) nos ha llevado hasta Puerto Montt recorriendo los canales patagónicos.
Se trata de un ferry de transporte de mercancías que en verano habilitan también para pasajeros, en su mayoría guiris.
El trayecto se realiza entre islas y glaciares. Es impresionante ver la infinitud de islas vírgenes que hay. Sólo una de ellas está habitada, donde se encuentra Puerto Edén, un pueblecito que se abastece dos veces a la semana gracias a este mismo ferry.
Hemos visto toninas (un tipo de delfín) y sprays de ballena. No la ballena en sí, porque huyen de los barcos, pero sí el agua que expulsan- estábamos rodeados! Un pequeño tramo del recorrido se realiza a mar abierto, el golfo de Penas, y realmente se notan las olas del Pacífico: ese día a la hora de la cena el comedor estaba medio vacío- muchos pasajeros estaban mareados tumbados en sus camarotes, incluido Carlos! Nosotros habíamos contratado literas C, compartiendo camarote y baños con más gente, pero tuvimos la suerte de que no cabían nuestras alforjas en los armarios y el jefe de cabinas nos hizo un “upgrade” a camarote con baño privado!! Así que ha sido un viaje de lujo!! En cualquier caso, es un viaje muy recomendable e interesante para quien quiera recorrer los fiordos patagónicos (y mucho más barato que los fiordos noruegos!).

Llegamos a Puerto Montt, una ciudad grande con muchos coches, ruido, humo, vendedores ambulantes… así que esperamos un día más de la cuenta a que parara de llover y emprendimos de nuevo el pedaleo rumbo al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales. Pasamos por Puerto Varas, un pueblecito muy pintoresco, y pedaleamos bordeando el lago Llanquihue hasta llegar a Petrohué, en el lago Todos los Santos, a los pies del volcán Osorno.
Allí tuvimos que cruzar el río para llegar a la zona de acampada, metiendo las bicis en una barquita.
Al día siguiente seguimos ruta al norte. Ahora, entre que estamos más al norte y que empieza el otoño, los días son mucho más cortos: se estaba haciendo tarde y no encontrábamos dónde pasar la noche.
Entonces apareció un pueblito chiquito que no aparece en el mapa, la Calo, donde Juan, el paramédico, y su mujer Irma, nos cedieron un alojamiento de lujo en la posta de salud rural: un box de pediatría! Dormimos de maravilla entre la camilla de consulta y la báscula de bebés!! Da gusto encontrarse a gente tan amable y simpática por el camino!
El único inconveniente fue que nos pesamos por primera vez desde que empezó el viaje, confirmando los peores temores: Carlos ha llegado a 0,1 tn y Sonia… Sonia no lo incluiremos porque es una dama. Lo cierto es que la alimentación a base de grasas (los botes de mantequilla de 500 gr nos duran una semana, las cajas de galleta un día y las tabletas de chocolate tan sólo unas horas) deja estos resultados que contrarresta cualquier pedaleo, por lo que hemos decidido empezar una “dieta” centrada en los hidratos de carbono y que limite tanta grasa… Tan rica, por otro lado.

Siguiendo con el relato, al día siguiente y con fuerzas renovadas, continuamos hasta llegar a las termas de Puyehue, donde nos habían asegurado que había un camping pero al llegar resultó estar cerrado y el único alojamiento posible eran unas cabañas por 60.000 pesos la noche (90 y pico euros). ¿Estamos locos? Nos metimos en el camping, aunque sin servicios, y pasamos la noche la mar de bien. Al día siguiente estuvimos casi dos horas metidos en las aguas termales naturales que se generan alrededor del río. Qué contraste meterte en el río de agua helada y luego en las pozas de agua caliente!!!
Y hoy nos hemos trasladado hasta Osorno en autobús, sin bicis, sólo con la rueda trasera de Sonia porque la llanta se está empezando a romper. No hemos encontrado repuesto pero nos han hecho un apaño que esperamos que dure hasta Santiago. Por otro lado, en 4/5 días, si todo va bien, nos encontraremos con nuestros amigos Marie y Simon para volver a pedalear todos juntos hacia el norte!

Besos,

jueves, 4 de marzo de 2010

ALGUNAS CIFRAS DE LA 1ª PARTE DEL VIAJE

Seguimos en Ushuaia porque hasta el próximo lunes, 8 de marzo, no agarramos el ferry para seguir pedaleando hacia Santiago.
Estos días nos hemos dedicado a...
PASEAR
VISITAR EL GLACIAR DE USHUAIA (como se puede comprobar no es el Perito Moreno)

Y por último, pero no menos importante: A LA MEDITACIÓN TRASCENDENTAL

También queríamos adjuntar algunas cifras de esta primera gran etapa, para los más curiosones:

3.804 kms pedaleados
37.334 metros de desnivel acumulado
62 días pedaleados, 32 días descansados
8 radios rotos (7 rueda trasera de Carlos y 1 rueda trasera de Sonia)
0 pinchazos

Día de más kilómetros pedaleados: 151,6 km
Día de menos kilómetros pedaleados: 21,2 km
Día de más horas pedaleadas: 7:50 horas
Día de menos horas pedaleadas: 1:32 horas

Total horas pedaleadas: 247 horas y 56 minutos
Promedio por día pedaleado: 4 horas y 12 minutos
Repuestos utilizados: 8 zapatas de freno, 2 cables de cambio y 2 de frenos

Besos!

lunes, 1 de marzo de 2010

USHUAIA: EN EL FIN DEL MUNDO!!!!

Siiii!!!! Ushuaia!! Estamos muy contentos; hemos alcanzado la primera gran meta de nuestro viaje!
Hemos recibido algún mail preguntándonos cómo estamos tras el terremoto de Chile, nosotros estamos bien, aquí no notamos nada y recién nos enteramos ayer al llegar. Esperamos que no haya más réplicas y que la situación se normalice, además de todo porque pronto recorreremos esa zona.
En cuanto a lo acontecido durante estos días; dejamos Rio Grande, la ciudad de la trucha, hace más de una semana para dirigirnos hacia Tolhuin por una carretera secundaria, menos transitada que la ruta 3 que va atestada de camiones, lo que nos dio la posibilidad de avistar varias castoreras, aunque sin rastro del preciado animalito. No sabemos dónde se esconde que no se deja ver!
Desde entonces y hasta aquí hemos ido acompañados por Susan y Martin, dos holandeses que empezaron su viaje en Alaska hace 20 meses, llevan pedaleados 32.400kms y mañana vuelven a casa. Olé sus huevos!!
Cada vez que nos cruzamos con otros ciclistas nos damos direcciones de dónde hospedarnos, y casi desde Bariloche íbamos oyendo acerca de la Panadería la Unión de Tolhuin. Resulta que el panadero, Emilio, es ciclista y aloja de manera gratuita a cualquier bici-viajero que pase por ahí. Pero cuál fue nuestra sorpresa al llegar a esa mega-panadería, atestada de gente, con el mostrador más largo y surtido de toda Argentina!! Emilio nos hospedó a los cuatro, y al cabo de un rato llegaron dos ciclistas más a los que también alojó: Andrew, que en cinco meses ha pedaleado desde su Minnesota natal hasta aquí, y Marcelo, un chileno de Concepción que lleva el mismo ritmo trepidante de pedaleo. Para agradecer la hospitalidad que nos brindó Emilio, nos ofrecimos a ayudarle a hacer pan al día siguiente. Y así los cinco (Marcelo siguió para Ushuaia) nos quedamos de “pinches”, haciendo pan y facturas (así se llaman las pastas acá).
Creo que más que ayudar entorpecíamos el ritmo de los expertos panaderos que trabajan ahí! Nos gustó tanto que al día siguiente repetimos- disfrutamos la experiencia!! A la hora de comer preparamos una deliciosa tortilla de patata y cebolla acompañada de un pa amb tomàquet. Se nos quemó un poco la patata porque la sartén no era buena, pero no debía estar tan mala porque no quedó nada!!!
Por la tarde Emilio nos llevó a los cinco hasta el cabo San Pablo, un lugar perdido en la costa atlántica donde hay un buque varado desde hace más de cincuenta años: un lugar algo tenebroso pero con mucho encanto.
Así que cuando paséis por Tolhuin, no dudéis en parar a degustar la infinitud de riquísimos productos que elaboran con amor: pan, facturas, empanadas, chocolates, sándwiches… http://www.panaderialaunion.com/
Con tan buen anfitrión nos costó salir de nuevo a la carretera, por lo que hicimos el tramo a Ushuaia en dos días, acampando a medio camino en el lago Escondido.
Al día siguiente nos esperaba el Paso Garibaldi, un puerto de montaña que no se hizo tan duro como temíamos, y llegamos a la ciudad de Ushuaia, la atravesamos y nos fuimos directos al Parque Natural de Tierra de Fuego. Allí hicimos dos noches más para poder recorrerlo y, sobre todo, para llegar al final de la carretera Panamericana, es decir, al fin del mundo.
En el parque pudimos ver más castoreras sin castores, pájaros carpinteros y zorros. Hubo un momento muy gracioso cuando dejamos las bicis para visitar las castoreras. Nos precedía un grupo de japoneses con su guía, haciendo fotos por doquier, que avistaron nuestros vehículos y empezaron a hacerles fotos. El guía advirtió nuestra presencia, preguntó si eran nuestras y los japos se emocionaron pidiéndonos que nos pusiéramos cerca de las bicis. En un momento había más de 15 cámaras disparándonos todas a la vez, como si fuéramos la Obregón …. parecíamos monos de parque! Sólo falto que nos tiraran cacahuetes!!
Ahora vamos a tomarnos unos días en Ushuaia para darles un repaso a nuestras bicis y replantear la ruta. En una semana tomaremos un ferry de Puerto Natales a Puerto Montt, y de allí nos dirigiremos a Santiago atravesando varios parques naturales.