miércoles, 28 de abril de 2010

EL LENTO Y DOLOROSO CAMINO: DE USPALLATA A JÁCHAL

Después de varias visitas al doctor de bicicletas, esta semana pasada hemos tenido visitas al doctor de personas. Primero, por teléfono con María, la prima de Carlos, y después en el hospital de Calingasta, para que nos recetara algo para el catarro de Sonia, que todavía arrastra y que hace que aún suelte mocos como un surtidor.
La salida de Santiago la hicimos en bus, siguiendo nuestra costumbre de no transitar las salidas de las grandes ciudades. Ya que teníamos que pasar el trámite de meter las bicis en el bus, decidimos alagar un poco el trayecto y bajarnos en Uspallata, el primer pueblo del lado Argentino, con lo que nos evitábamos un recorrido sin duda espectacular, pero muy exigente desde el punto de vista físico (después de la buena vida de Santiago era un recuentro con la bicicleta demasiado duro).
En Uspallata, tras avituallarnos de comida y bebida, iniciamos el trayecto de 120 km que nos llevaría a Barreal a través de una carretera de ripio y con un clima y paisajes desérticos. Este trayecto, lo completamos en 2 días y hemos elaborado un vídeo –realizado durante la compadecencia de Sonia en Calingasta- que adjuntaremos cuando la conexión de internet nos lo permita.
Al 2º día de travesía por el desierto, Sonia se encontraba mal por lo que, con un gran esfuerzo por su parte, llegamos a Barreal donde una pareja encantadora nos hizo asequible una cabañita de lujo donde descansar durante un par de días.
Esta amable pareja tenía una perrita que se encariñó de Sonia en cuanto vio que estaba mala y que nos acompañó durante toda nuestra estancia, durmiendo a la puerta de nuestra cabaña y dejándose acariciar en cualquier momento. La bautizamos como “bolita” (estaba un poco gruesa).
Después de este breve lapso, y encontrándose Sonia mejor, hicimos el corto y agradable paseo de 40km hasta Calingasta en un par de horas. El día que llegamos teníamos que esperar hasta las 18:30 para que abrieran las tiendas y abastecernos para poder seguir camino. Como anochece a las 19:00, decidimos esperar al día siguiente para salir… Pero al día siguiente, cuando pretendíamos salir, Sonia se encontraba peor y no paraba de echar mocos como una cafetera. Por esto, fuimos al hospital del pueblo donde un médico muy simpático y chistoso nos atendió rápidamente y nos dedicó unos 20 minutos de consulta. Aparte de auscultarla y explicarnos el por qué de los medicamentos recetados, nos habló de su familia, de la medicina, de esto y de lo otro. Vamos, nada que ver con la seguridad social española, donde en tres minutos te despachan para pasar al siguiente. Como le mandó reposo hasta que mejorara, nos decidimos quedar un día más, y como no fue así; otro y otro más… En estos días, nos dedicamos a comprar el periódico, hacer crucigramas, cocinar lentejas con chorizo o pollo con patatas y otras delicias culinarias que teníamos algo olvidadas.
Aunque la mejoría de Sonia no era completa, al 4º día, y ya un poco hartos de estar hartos, decidimos continuar. Hasta el siguiente pueblo nos separaban 225 km, y era recomendable hacer el trayecto en 2 días, para poder llevar el agua suficiente ya que en todo el trayecto discurre por zonas desérticas, montañas de piedra peladas y ni un solo río.

El primer día hicimos 95 km, pero con una cuesta de casi 18km en la que subimos 900m. Sonia acabó agotada, física y mentalmente, síntoma de que todavía tenía (y tiene) algo de resfriado.
El 2º día fueron 130 km; los primeros 25 de bajada y luego todo llano. No obstante, con el calor intenso también una buena paliza.
Ayer aterrizamos en San José de Jáchal, donde estamos ahora mismo, y hemos aprovechado para volver a llevar las bicis al taller (el buje de la rueda trasera de Carlos que hay que cambiar), y descansar!!!

domingo, 18 de abril de 2010

PEGADOS EN SANTIAGO: EXPLICACIÓN TÉCNICO-MECÁNICA

Llevamos 11 días en Santiago. Mañana, si todo va bien, agarraremos el bus a las 10:30, pero nos gustaría antes explicar el periplo que hemos pasado para arreglar las bicis que justifica los días que hemos “invertido” acá.

Llegamos el martes 6 por la tarde a casa de mi prima. Ese día cenamos pronto y dormimos plácidamente, después del trote del bus y atravesar la ciudad en bici. Pero vamos a centrarnos en las reparaciones de las bicis, todo lo cual empezó…

El miércoles 7, cuando fuimos a la bicicletería 1 para solucionar el problema más grave (la rotura de la llanta trasera de la bici de Sonia). Allí nos dijeron que tenían los radios pero no la llanta, para lo cual nos enviaron a la bicicletería 2.

La idea era poner la llanta nueva –más resistente- en la bici de Carlos (porque ha roto muchos radios: 10 contra 1 de Sonia) y la llanta de Carlos en la bici de Sonia –esta llanta ya la habíamos cambiado y aparentemente estaba bien.

Así el miércoles 7 por la tarde dejamos la bici de Carlos y el jueves 8 por la mañana la bici de Sonia,en la bicicletería 1 . Nos confirmaron que ambas bicis estarían listas para el lunes 12 por la tarde.

El fin de semana nos fuimos a Valparaíso. Descanso de bicicletas.

El lunes 12 por la mañana fuimos a la bicicletería 2 a comprar los piñones y cadena para la bici de Carlos. El lunes 12 por la tarde fuimos a recoger las bicis a la bicicletería 1; la de Carlos estaba bien pero la de Sonia el mecánico nos explicó que esa llanta presentaba una deformación y que sería conveniente cambiarla (ya estaba radiada con los nuevos radios, un trabajo de chinos). El lunes 12 por la noche fuimos a la bicicletería 2 a comprar otra llanta igual a la que ya habíamos comprado y…

El martes 13 por la mañana dejamos la bici de Sonia en la bicicletería 1 para que volvieran a radiar y poner la llanta nueva.
Esa misma mañana, Carlos preguntó en las bicicleterías 1 y 2 para comprar unos cables y fundas de cambios, pero al no tenerlos, fue a la bicicletería 3 donde los consiguió. El resto de la mañana, la dedicó a poner los piñones y cadena y las susodichas fundas y cables de cambio y frenos.

El miércoles 14 por la tarde nos dieron –en la bicicletería 1- la bici de Sonia con la llanta nueva. Ahí comentamos sobre los piñones y cadena y nos recomendaron encarecidamente que los cambiáramos.

Por este motivo, el jueves 15 Sonia fue a la bicicletería 2 a comprar piñones y cadenas para su bici. Mientras Carlos fue cambiando cables de cambios y frenos. Sonia, al volver de comprar los piñones y cadena en la bicicletería 2 fue a la bicicletería 1 a preguntar por una funda que nos faltaba y el perno del cierre delantero de la bici de Carlos que se había roto, consiguiendo comprar el perno y obteniendo de regalo un bote con pastillas vitaminadas. No obstante, no consiguió una funda de freno por lo que fue a la bicicletería 3, donde se la regalaron y le ofrecieron los servicios del taller –viendo que era una clienta potencialmente importante.
El resto del jueves 15, Carlos y Sonia lo dedicaron a instalar los piñones, la cadena y acabar de poner los cambios y frenos.

Así, el jueves 15 por la tarde parecía todo terminado y listo para continuar con el viaje. Dicho acontecimiento, junto con la despedida que acarreaba, se celebró con Alba y Rodrigo en un restaurante de marisco y pescado muy rico.

El viernes 16 salimos con todo el equipaje de casa de Alba y nos dirigimos al centro a agarrar el bus. Los primeros kilómetros, con buena bajada, las bicis iban fenomenal y nos sentíamos muy satisfechos del trabajo realizado. Además, un perro nos cogió cariño y nos siguió durante casi 10 km (yendo a 30 km/ h)!!
Cuando empezó el llano, la bici de Carlos empezó a fallar. La cadena saltaba y si dejaba de pedalear a veces se quedaba atascada. Tras un par de paradas de emergencia y dado que estábamos cerca del centro, decidimos ir a las bicicleterías de la Calle San Diego, bastante más cerca que las 1, 2 y 3 arriba mencionadas.

Así, llegamos a la bicicletería 4 que tras un examen poco minucioso y un pago de 500 pesos declaró que se trataba del buje. Como allí no tenían tal pieza para cambiarla y no estábamos muy convencidos con el diagnóstico fuimos a la bicicletería 5 donde nos dijeron que había que cambiar el buje y el eje del pedalier; total unos 250 euros.
Tras el susto inicial pero comprendiendo que el diagnóstico era más cercano a la realidad, nos tomamos unos momentos de reflexión para llamar a David (tienda donde compramos las bicis), y poner un par de mails a ciclistas que hemos conocido, para ver cómo lo hacen ellos para reparar sus bicis sin tener el respaldo del Banco Central. Nosotros llevábamos unos 300 € invertidos y, para las dos bicis, esto supondría 500 € adicionales.

Decidimos quedarnos en Santiago y dedicamos la tarde a llamar a varias bicicleterías (5,6,7,8,9,…) hasta que dimos con una que nos dijo que lo tenía, pero que no nos lo podía dar hasta el lunes. Sin saber bien qué hacer y como ya casi se había pasado el día, decidimos esperar hasta el día siguiente.
El sábado 17 fuimos a otra zona llena de bicicleterías y tras preguntar en la bicicletería 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16 , 17 y 18 encontramos una que nos vendía sólo los platos que fallaban. Nos recomendaron que fuéramos a la bicicletería 19 –que además es taller- para que nos lo instalaran.

Así lo hicimos.

Tras 11 días, 19 bicicleterías y unos 400 euros parece que tenemos las bicis listas para continuar. Además, podemos decir que somos unos expertos en bicicleterías en Santiago y que hemos hecho algún amigo entre el personal de las mismas.

Eso sí, el buje de la rueda trasera de Carlos no sabemos si va a durar… pero ya estamos demasiado agotados para tratar de repararlo esta vez.

viernes, 16 de abril de 2010

SANTIAGO DE CHILE

Hola!
Llevamos más de una semana en Santiago de Chile. Agradecemos mucho a Alba, la prima de Carlos, su hospitalidad, especialmente después de llevarnos despidiendo varios días y encontrándonos de nuevo por la noche, debido a que no acabábamos de reparar las bicis. También hemos tenido tiempo de visitar la ciudad, o parte de ella, ya que es muy extensa. Justo el domingo pasado fue la Maratón de Santiago y fuimos a animar a los corredores.
Subimos al cerro San Cristóbal desde donde se ven unas buenas panorámicas de la ciudad:
Santiago de Chile se encuentra sorprendentemente cerca de la cordillera andina. Como Barcelona se apoya en el Tibidabo, Santiago lo hace en unas montañas cuatro veces más grandes- es bastante impresionante, y nos han dicho que cuando en invierno están nevadas es más impresionante.

El fin de semana pasado estuvimos en Valparaíso. Esa una ciudad que cuelga de varias colinas que dan al mar. Las calles serpentean para salvar las pendientes, y hay múltiples elevadores, o ascensores en diagonal, que te ahorran las cuestas arriba por 300pesos. Desgraciadamente no tenemos ninguna foto porque nos dejamos la cámara… jeje!!
Añadimos unos links de youtube de partes del viaje, para quien quiera curiosear:
Arrastrando las bicis:
http://marietsimon.over-blog.com/ext/http://www.youtube.com/watch?v=ZtJCP4DV_uI
http://www.youtube.com/watch?v=FHuxgobsHBc
http://www.youtube.com/watch?v=wqZ6AXGXODw
La llegada a Ushuaia:
http://www.youtube.com/watch?v=kWdvZG9TuyA
Niña argentina devorando carne:
http://www.youtube.com/watch?v=UHHqUFqkkBw
Carlos surfeando La Ola, al estilo "Le llaman Bodhi":
http://www.youtube.com/watch?v=A1k9WSQOAgc
http://www.youtube.com/watch?v=CKO04CaT8kE
http://www.youtube.com/watch?v=Y-3b-A8Ks3U

viernes, 9 de abril de 2010

LA PROCESIÓN

Después del paraíso del parque natural El Conguillio y con motivo de la Semana Santa, decidimos hacer nuestra particular penitencia y nos encaminamos al interior de la reserva nacional Malalcahuello.
En un principio, nuestra intención era escalar el volcán Lonquimay y darnos la vuelta, ya que nos habían dicho y habíamos visto en el mapa que la carretera que atraviesa la reserva nacional Nalcas no tiene salida en el extremo opuesto y hay que deshacer el camino. Con esta intención nos alojamos la primera noche en unas cabañas a pie del volcán y el propietario nos informó que sí había un camino, que no era practicable en coche, pero que él mismo lo había hecho en moto hacía sólo 1 año. Así que decidimos meternos a la aventura: “into the wild”.
Invertimos el primer día en intentar subir al volcán, pero la lluvia, el granizo y el terreno que hacía que te hundieras hasta la rodilla frustró nuestros intentos y nos quedamos a la mitad.
Aparte de este primer contratiempo, el resultado en conjunto fue muy positivo: unos paisajes increíbles y la ausencia total de coches (y casi de personas) compensaban los caminos infernales que hacían que lleváramos las bicis en procesión, esto es empujándolas durante buena parte del recorrido.
En atravesar los 80 km de la reseva hemos tardado 3 días, lo que en circunstancias normales hubiera sido un día o poco más.
Una vez que llegamos al límite del parque y en una zona aislada, nos encontramos con una reserva mapuche repleta de personajes pintorescos... parecía que nos habíamos trasladado en el tiempo.
La peor parte de esta travesía se la han llevado las bicis; sobre todo la de Simón que murió y tuvo que ser trasladada en bus después de que pusiera el cambio de patas arriba, y la de Carlos que los piñones saltan como les viene en gana por el desgaste acumulado de los kilométros y rematado por el sobre-esfuerzo de estos días.
Así, necesitábamos llegar rápido a Santiago por lo que decidimos hacer este último trayecto en bus. Para ello, fuimos hasta Los Angeles. La noche antes de llegar dormimos a la orilla del río Bio-Bio.
Carlos pescó una trucha, pero a pesar de que estuvo luchando casi 2 horas con ella porque se aventuraba enorme y el hilo no daba para tanto peso, al final se rompió la caña y nuestras ilusiones de una cena suculenta… La próxima vez, seguro que saldrá.
Al llegar a Los Angeles, nos pararon los Carabineros. Atemorizados pensando en qué sería lo que habíamos hecho mal, se nos descubrió la estupenda persona detrás del imponente uniforme. Después de dialogar sólo por 10 minutos, Manuel nos ofreció pasar la noche en su casa, junto a su mujer Silvia y sus hijas Rocío y Naomi y a tomar un asado que estaba de rechupete!! Así da gusto que nos pare la poli!!!

Ayer llegamos a Santiago de Chile en bus y nos sorprendió la dura “etapa” de casi 23 km que tuvimos que realizar en la ciudad desde la estación hasta la casa de Alba (la prima de Carlos) atravesando enormes avenidas atestada de buses, taxis, claxons… un caos para los recién llegados de la selva! Por suerte, hemos encontrado un auténtico hogar donde descansar, disfrutar y reponer fuerzas para las próximas etapas!!
También quedamos con Alba II (la prima de Sonia) que curiosamente está por Santiago por unos pocos días y fuimos a cenar un delicioso lomito completo (tomate, palta, mayo) y a tomar unos piscolas (pisco con coca-cola, la bebida oficial de Chile).