Una vez repuestos continuamos el viaje y, en poco más de dos horas pasamos un mar embravecido con olas de varios metros (centenares de metros, a mi parecer). El trayecto fue de Punta Arenas a Porvenir y el mar, el Estrecho de Magallanes, que parece que no sólo existe en los libros de texto. En Porvenir obtuvimos un alojamiento inesperado con Guillermina –que merece una entrada para ella sola-: una señora que tiene bisnietos pero que cocina, limpia y plancha diariamente para 8 individuos, aparte de algún que otro viajero causal. Todo con la mejor de sus sonrisas. Para nosotros, alojamiento y 4 comidas al día por sólo unos 7 euros por persona.
Una vez pasado los Goya y despedido a Guillermina, nos pusimos de camino rodeando la Bahía Inútil. Creíamos que iba a ser un trayecto de mero trámite pero comprobamos que el nombre no hace justicia a la belleza del paisaje.Para dormir, nos habían recomendado este “hostal” en mitad del camino. Muy bien de precio y con inmejorables vistas, pasamos una noche sin temer por el viento, ya que con la carpa cuando “Eolo” se pone a hacer de las suyas no hay quien pegue ojo.
Al día siguiente hizo el mejor día desde que abandonamos las cercanías de Buenos Aires: 25 grados y sin viento!! Por fin un día de lo que entendemos por verano y la primera siesta del viaje en camino, que nos permitió ver bastante cerca unos guanacos muy curiosones que no hacían más que mirarnos, acercarse, asustarse, correr atrás, volver a mirar, acercarse, asustarse, correr atrás....
Aunque para cerca este guanaquito que encontramos en la Misión Salesiana, 10 km antes de entrar a Río Grande donde paramos para visitar el museo. Tiene menos de un mes, pero se está poniendo grande muy rápido.
En la ciudad de Rio Grande se pueden ver multitud de aves migratorias que vienen de Alaska. Uno de los lugares para observarlas es en la playa, donde las olas del Atlántico rompen en la lejanía (y se las oye rugir), produciendo una zona muy afectada por las mareas, que hemos tenido oportunidad de recorrer en la bajamar. El suelo estaba lleno de mejillones (vivos! pero hay marea roja y está prohibido pescar moluscos y comerlos) y se formaban unos regueros de agua y arena preciosos.
Ya queda poco para llegar a Ushuaia y empezamos a sentir una curiosa mezcla de alegría y tristeza por alcanzar el primero de los objetivos del viaje!!!