jueves, 12 de agosto de 2010

LIMA.... LIMÓN!!

Pues sí, estamos en Lima, capital del Perú, una ciudad muy grande y caótica, sobre todo llegando de la tranquilidad del campo.

El trayecto de Ayacucho a Huancayo nos llevó cuatro jornadas bien duras, al tratarse de carretera de ripio en ascenso. Subimos por el cañón del río Mancura a través de una una carretera muy tranquila. Los zancudos (el nombre de los temibles mosquitos) siguieron cebándose con nuestra sangre, pero a medida que íbamos ascendiendo la temperatura era más fresca y disminuían los bichos.
A pesar de no tener mucho tráfico, cada vez que pasaba un coche nos bañaba con el polvo del camino, acabando cada jornada hechos un asco.
En uno de los hospedajes en los que pasamos la noche había un lorito de un año, al que el niño de la casa estaba enseñando a hablar, que se encaprichó de la bici de Carlos y, al no saber volar, subía y bajaba de ella agarrándose con el pico y las garras.
Unos 30kms antes de llegar a Huancayo la imagen de una vaca espatarrada y abierta en canal al lado de la carretera nos hizo parar súbitamente. Se ve que a la vaquita de había dado un cólico y se le había inflamado el aparato digestivo hasta matarla. No hubo otro remedio que sacrificarla. Y de la vaca se aprovecha todo, como del cerdo, así que estaban procediendo a descuartizarla enterita para sacar la carne, las vísceras, el cuero, las pezuñas… menudo festín!
Pero también han habido otros animales vivos que nos han ido amenizando el camino.
De Huancayo en adelante la carretera ya estaba asfaltada, cosa que se agradece. Pasamos por Jauja, La Oroya y Junín, donde hemos dejado las bicis y alforjas a buen recaudo (esperamos) para bajar a Lima. De Junín a Lima hay 220kms pero el bus tarda unas 6 horas en llegar. Y es que Junín está a 4200m de altura, pero para llegar a la costa se debe ascender hasta 4810m, desde donde empieza una auténtica bajada de 170kms que ni los aviones. Acostumbrados a la altura, se nos taparon los oídos y al llegar a Lima nos sentimos incluso mareados, supongo que del exceso de oxígeno! También hay una diferencia importante en las temperaturas, del frío seco de la cordillera a la humedad fresquita del mar. Y es que unos 30kms antes de llegar a Lima te metes en la niebla y ya en la capital el cielo está todo el día encapotado. Debido a la proximidad de las montañas, se genera una capa de nubes que cubre la ciudad por todo el invierno. Parece que tenga ganas de llover todo el día, pero no.
Otra cosa que nos alegró es volver a ver el mar, o el océano en este caso, que teníamos olvidado desde Valparaíso hace más de cuatro meses. Qué grande y qué olas!! Con razón la playa está llena de surferos.
Por suerte, en la capital nos vamos a desintoxicar del arroz con pollo al que estamos acostumbrados a comer en la cordillera, disfrutando de los pescados: los hemos tomado de todo tipo, riquíssimos! Y gracias a Ana, una chica peruana amiga de Juan, nuestro compañero de bici Colombiano, hemos conocido lugares de la ciudad imposibles para dos guiris recién llegados. Hoy nos han llevado a comer un ceviche y un arroz con pescado espectaculares!

Mañana pensamos seguir disfrutando de las delicias culinarias de esta ciudad y a las 7 de la tarde iremos a recoger a Alex al aeropuerto, un amigo de Sonia que se viene a pedalear unos días con nosotros. Como viene bien entrenado, tenemos miedo que nos de una paliza…


1 comentario:

  1. hola amigos,soy david,el español del salar,os sigo vuestras aventuras por aqui y reconozco que me dais envidia,pero sana,eh,espero que todo siga bien,como veis colge los videos en youtube,un saludo y que la pachamama os proteja.

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