domingo, 1 de agosto de 2010

LA COMETA BLANCA

Hemos descubierto que David, el chico de Zaragoza con el que recorrimos el Sud Lipez y el Salar de Uyuni, ha colgado un par de videos en youtube del inicio de nuestro pedaleo por el Salar. Gracias David! Aquí estan los links:
http://www.youtube.com/watch?v=mr35I4tySuU&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=yTC6JoracMo&feature=related

Antes de dejar Cusco visitamos el resto de zonas arqueológicas que nos faltaban. En Pisaq se reafirma el interés que tenían los incas en construir sus ciudades en lo alto de los cerros, como se muestra en la foto.

Esta otra pertenece a las ruinas de Chinchero: a los guiris (o gringos, como nos llaman aquí) nos cobran por entrar mientras los locales pasean a los chanchos.
Otra característica de toda la zona que venimos recorriendo es la posición de zonas de cultivo en las laderas de las montañas de pendientes infernales. Suponemos que deben cultivar papa, quinua y demás tubérculos enterrados, porque si fueran tomateras se les caerían rodando montaña abajo.
El día 28 de julio es el día de la Patria del Perú, el Aniversario de la Independencia, festejos que duran toda la semana. En cada pueblito que hemos parado hemos podido disfrutar de todo tipo de bailes regionales, desfiles militares e infantiles, recitales de poesía (de los que no hemos entendido nada porque el recitador se comía el micro) y mercadillos de venta de productos patrióticos: desde comida a banderas.
http://www.youtube.com/watch?v=Rx94oUP3xfk
Al salir de Cusco emprendimos ruta rumbo a Abancay, ciudad donde Francisco Pizarro y Diego de Almagro se enfrentaron por la soberanía de Cusco, batalla que ganó Pizarro. Nos esperaba avanzar por unas pampas para iniciar un largo y amargo descenso. Amargo porque sabíamos que después tendríamos que subir más de lo descendido, y no es bueno comerse el postre antes de haberlo sudado.
En el tramo de menor altitud, a 2000m, se notaba mucho más calor y humedad, ya que iba bordeando un río. Ya nos habían informado de la existencia de mosquitos en ese lugar, pero no nos esperábamos una emboscada de tan calibre. Los enemigos eran tan minúsculos que no nos dimos ni cuenta, pero por la noche nos picaba todo como si tuviéramos chinches. Contabilizamos unas 50 picaduras cada uno, Carlos concentradas en las piernas y Sonia en los brazos.
En menos de 60kms ascendimos 2000m, hasta la cota 4000. Y es que parece que un ascenso así sea porque han trazado la carretera en línea recta y ha dado con una montaña… pero no, supuestamente es la manera más fácil de pasar al otro lado.
Esta ascensión la hicimos en dos jornadas y descansando de vez en cuando
Y es que en toda esta zona no hay un valle que vaya comunicando pueblitos: hay infinitud de montañas y cerros con hoyos entre ellos y la carretera no deja de subir y bajar como la canción de La Cometa Blanca. Así nos sentíamos.
http://www.youtube.com/watch?v=Ks9HS7Gm-lE
Lógicamente, todos los pueblitos se encuentran en pendiente. Paralelas a la carretera aparecen un montón de casitas habitadas, con su campo inclinado de vegetales, de los que no entendemos cómo no se caen rodando. También hacen mucho adobe, ya que no es temporada de lluvias y así lo dejan secar al sol.
Al llegar a la cima vimos, del otro lado, la ciudad de Abancay a nuestros pies, y un poco más allá, la carretera en ascensión de la siguiente montaña.
Pero en este caso no fue una bajada amarga, porque habíamos decidido agarrar un bus para salvar las siguientes tres montañas. Los 300kms de Abancay a Ayacucho que en bici nos hubieran llevado más de una semana los hicimos en 15 horas en bus: 300kms en 15 horas! Y es que la carretera volvía a ser como la Cometa Blanca, pero además en ripio. Nos llevó más tiempo que el de tomar un avión y cruzar el charco, con los extras del polvo que entraba por las ventanas que no cerraban bien, el frío por la noche y el calor por el día, que a su vez aumentaba los olores a humanidad ahí dentro… y la empresa tenía el logo de: “un viaje de placer”.

Mañana seguiremos pedaleando hacia Huancayo, navegando entre más montañas, del cielo al suelo como La Cometa Blanca.

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