miércoles, 24 de noviembre de 2010

VUELTA A CASA

Increíble, pero tras 340 días y 10.500kms sobre el sillín, estamos de nuevo en casa.
En Caracas encontramos fácilmente dos cajas de cartón, en las que cuidadosamente metimos las bicis desmontadas. Hicimos un montón de limpieza de alforjas para venir con lo mínimo: tiramos casi toda la ropa que nos había vestido durante el viaje. Esperábamos volver más vacíos, pero los sacos, las esterillas, la tienda, la cocinilla, la ropa de lluvia y un montón más de trastos no los íbamos a tirar, así que ahora llenan el altillo (a la espera de otra salida, aunque no tan laaarga).

Aterrizamos en Madrid, donde parte de nuestra familia y amigos nos recibieron con mucha alegría e ilusión por ambas partes. Vimos la ciudad más bonita, más moderna, más limpia. La gente muy elegante, con muchos abalorios y bien vestida. Por contrapartida, el tercer día nos pusimos los dos enfermos. Nada concreto, pero se nos taparon los oídos, a Carlos le salió el herpes labial (después de un año sin él!) y Sonia tuvo una experiencia muy negativa al coger de nuevo un móvil y hablar media hora por él: se le recalentó el cerebro. Como decía Paco Martínez Soria, “la ciudad no es para mi”.

El trayecto de Madrid a Barcelona lo hicimos en coche, con las bicis y todos los trastos dentro. Al entrar por la Diagonal, atascada, a Sonia se le caían las lágrimas de la emoción. Cuando entramos de nuevo en casa, vacía y recién pintada, fue como estrenarla. Todo parecía mucho más grande y nuevo que cuando la dejamos. Fuimos trayendo cajas de ropa, toallas, cacharros de cocina, libros, mesas, sillas… que habíamos ido repartiendo por ahí, y nos asustamos al ver todo lo que tenemos. Hemos intentado aprovechar esta situación para librarnos de un montón de cosas, pero aún así es impresionante la cantidad de cosas que podemos llegar a poseer, especialmente después de haber vivido un año con lo que cabe en cuatro alforjas.

Aquí también nos recibieron nuestra familia y amigos, más reencuentros. Lo curioso después de un año fuera, es que después de estar cinco minutos con alguien y tras haberte acostumbrado al nuevo peinado, parece que no haya pasado el tiempo. Igual de sorprendente fue bajar a la panadería de la esquina y ver cómo la panadera nos saludó con la misma rutina como si nos hubiera visto ayer. Y es que si no fuera porque en el calendario marca un año más, tras unos días aquí, parece que todo haya sido un sueño, que nunca nos hayamos movido del sofá y que Sudamérica esté muy lejos.

Pero estamos muy contentos de haber hecho este viaje, de haber llegado donde nos proponíamos, de haberlo hecho de principio a fin juntos, de haber conocido a tanta gente tan distinta, de traernos a muchos amigos que esperamos volver a ver, de haber aprendido otras maneras de vivir, de haber comido más arroz que en toda nuestra vida y, sobre todo, de poder volver.

Gracias a todos los que nos habeis seguido y apoyado, habeis sido de gran ayuda en muchos momentos.

Hasta otro viaje....
Carlos y Sonia

8 comentarios:

  1. Queridísimos y recordados Amigos Carlos y Sonía.

    Bien se yo por lo que has pasado y me alegran tantas cosas, desde el haberlos conocido y disfrutar de su amable compañía, hasta saber que han llegado sanos y salvos a casa, a pesar de esas enfermedades citadinas que pueden aquejarlos. el viaje nunca termina, no se es el mismo después de un viaje de estos, es imposible.

    un abrazo con mucho afecto, Jaime Roldán.

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  2. La mejor lectura del año, ¡GRACIAS! :-)

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  3. Es muy grato saber que terminaron bien el recorrido y ya están en casa, no tan sanos, pero sí salvos.

    Saludos desde Trujillo/Chimbote, aquí en Perú!

    Pd.- Tienen que volver ;-).

    Carlos.

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  4. Emocionados de vlver a teneros por aquí...!lo que os hemos echado de menos!...el buzz no ha sido el mismo sin vosotros.

    L y P.

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  5. wow! que increible el viaje que han hecho. felicitaciones!
    un beso muy grande
    luciana

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  6. Chicos, no sabéis cuántos nos alegramos de que todo haya ido bien y de que el retorno a casa haya sido poco traumático. Os mandamos un abrazo enorme desde Santiago de Chile. Hasta el próximo viaje o hasta la calçotada ;)

    Álvaro y Alicia

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  7. preciosas tus palabras....leo emoción en ti, y creo que se te queda un sabor amargo por dejar la carretera.
    david

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