viernes, 10 de septiembre de 2010

ECUADOR: CALOR TROPICAL!

Dejamos con pena Trujillo. Nos costó despegarnos de Lucho, su familia y su casa de ciclistas. Salimos en bus de la ciudad, como el 99% de los ciclistas que se dirigen al norte, ya que a 60kms de Trujillo se encuentra Paiján, ciudad famosa por sus asaltos a ciclistas. Es el lugar más “peligroso” por el que hemos pasado, pero dentro del bus supuestamente no hay problema. Y decimos supuestamente porque en la terminal nos tomaron las huellas dactilares y nos filmaron a todos y cada uno de los viajeros del bus, así que suponemos que no sólo asaltan a los ciclistas y alguna vez se deben atrever con los buses. Afortunadamente, llegamos bien a Piura, gran ciudad del norte del Perú desde donde emprendimos la ruta en bici por zonas ya más tranquilas.
En dos jornadas llegamos hasta la frontera, acompañados por un paisaje que poco a poco iba cambiando. Pasamos del frío, aridez y sequedad al calor, verdor y humedad. A pesar de haber entrado en la zona de trópicos ya en el norte de Argentina, por primera vez nos sentimos tropicales. Todas las plantas son distintas, nos acompañan campos de arroz inundados de agua, y hemos atravesado kilómetros de plataneros: una zona productora de banana que abastece a medio mundo. También nos rodean los saltamontes más grandes que hemos visto nunca, y una curiosa especie de vaca con las orejas gigantes que nos ha cortado el paso en varias ocasiones.
Justo antes de entrar en Ecuador nos cruzamos con tres ciclistas colombianos, apoyados por un camión ya que van sin alforjas, que pretenden llegar a Antofagasta, en el norte de Chile, en un mes! Son muchos kilómetros, a pesar de ir sin peso- deseamos que les vaya muy bien y que nos puedan contar la experiencia si los vemos cuando pasemos por su ciudad, Cali.
Y la bienvenida a Ecuador no pudo ser más calurosa: por la temperatura y por la compañía. Nos habían hablado de Byron, un señor de Macará, el pueblito de la frontera, que acoge a ciclistas, y dimos con un hombre encantador. Conversamos de muchas cosas y disfrutamos de nuestra primera cena ecuatoriana en su restaurante Guatita Punto Com. Nos recomendó una ruta alternativa a la que teníamos prevista, supuestamente llana. Por lo tanto, al día siguiente no esperábamos batir nuestro récord de desnivel positivo: 1720m en 75kms. Y es que es verdad que no había grandes puertos, pero tampoco un centímetro llano. Todo fueron subidas y bajadas, y a lo tonto ascendimos como nunca. Y entre el calor y las escaladas acabamos deshidratados y agotados. Los siguientes días no fueron más relajados, hasta ahora, que por fin hemos alcanzado el nivel del mar y vamos más llanitos, acompañados por los plataneros.
Ayer llegamos a El Guabo, un pueblito cerca de Machala, la ciudad de la banana, y al entrar se nos aceraron los de la tele local a hacernos una entrevista, que pasaron por las noticias de la noche. Nos pilló un poco de sorpresa porque últimamente no nos vienen a recibir prensa y autoridades a la llegada. Lo bueno es que tuvimos la oportunidad de vernos en la tele, y nos partimos de risa!!! (como podéis ver es cierto que la tele engorda)
Desde aquí estamos a dos jornadas de Guayaquil, donde el martes iremos a buscar a Carmen, la madre de Sonia, que viene a pasar unos días con nosotros!!

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