domingo, 18 de abril de 2010

PEGADOS EN SANTIAGO: EXPLICACIÓN TÉCNICO-MECÁNICA

Llevamos 11 días en Santiago. Mañana, si todo va bien, agarraremos el bus a las 10:30, pero nos gustaría antes explicar el periplo que hemos pasado para arreglar las bicis que justifica los días que hemos “invertido” acá.

Llegamos el martes 6 por la tarde a casa de mi prima. Ese día cenamos pronto y dormimos plácidamente, después del trote del bus y atravesar la ciudad en bici. Pero vamos a centrarnos en las reparaciones de las bicis, todo lo cual empezó…

El miércoles 7, cuando fuimos a la bicicletería 1 para solucionar el problema más grave (la rotura de la llanta trasera de la bici de Sonia). Allí nos dijeron que tenían los radios pero no la llanta, para lo cual nos enviaron a la bicicletería 2.

La idea era poner la llanta nueva –más resistente- en la bici de Carlos (porque ha roto muchos radios: 10 contra 1 de Sonia) y la llanta de Carlos en la bici de Sonia –esta llanta ya la habíamos cambiado y aparentemente estaba bien.

Así el miércoles 7 por la tarde dejamos la bici de Carlos y el jueves 8 por la mañana la bici de Sonia,en la bicicletería 1 . Nos confirmaron que ambas bicis estarían listas para el lunes 12 por la tarde.

El fin de semana nos fuimos a Valparaíso. Descanso de bicicletas.

El lunes 12 por la mañana fuimos a la bicicletería 2 a comprar los piñones y cadena para la bici de Carlos. El lunes 12 por la tarde fuimos a recoger las bicis a la bicicletería 1; la de Carlos estaba bien pero la de Sonia el mecánico nos explicó que esa llanta presentaba una deformación y que sería conveniente cambiarla (ya estaba radiada con los nuevos radios, un trabajo de chinos). El lunes 12 por la noche fuimos a la bicicletería 2 a comprar otra llanta igual a la que ya habíamos comprado y…

El martes 13 por la mañana dejamos la bici de Sonia en la bicicletería 1 para que volvieran a radiar y poner la llanta nueva.
Esa misma mañana, Carlos preguntó en las bicicleterías 1 y 2 para comprar unos cables y fundas de cambios, pero al no tenerlos, fue a la bicicletería 3 donde los consiguió. El resto de la mañana, la dedicó a poner los piñones y cadena y las susodichas fundas y cables de cambio y frenos.

El miércoles 14 por la tarde nos dieron –en la bicicletería 1- la bici de Sonia con la llanta nueva. Ahí comentamos sobre los piñones y cadena y nos recomendaron encarecidamente que los cambiáramos.

Por este motivo, el jueves 15 Sonia fue a la bicicletería 2 a comprar piñones y cadenas para su bici. Mientras Carlos fue cambiando cables de cambios y frenos. Sonia, al volver de comprar los piñones y cadena en la bicicletería 2 fue a la bicicletería 1 a preguntar por una funda que nos faltaba y el perno del cierre delantero de la bici de Carlos que se había roto, consiguiendo comprar el perno y obteniendo de regalo un bote con pastillas vitaminadas. No obstante, no consiguió una funda de freno por lo que fue a la bicicletería 3, donde se la regalaron y le ofrecieron los servicios del taller –viendo que era una clienta potencialmente importante.
El resto del jueves 15, Carlos y Sonia lo dedicaron a instalar los piñones, la cadena y acabar de poner los cambios y frenos.

Así, el jueves 15 por la tarde parecía todo terminado y listo para continuar con el viaje. Dicho acontecimiento, junto con la despedida que acarreaba, se celebró con Alba y Rodrigo en un restaurante de marisco y pescado muy rico.

El viernes 16 salimos con todo el equipaje de casa de Alba y nos dirigimos al centro a agarrar el bus. Los primeros kilómetros, con buena bajada, las bicis iban fenomenal y nos sentíamos muy satisfechos del trabajo realizado. Además, un perro nos cogió cariño y nos siguió durante casi 10 km (yendo a 30 km/ h)!!
Cuando empezó el llano, la bici de Carlos empezó a fallar. La cadena saltaba y si dejaba de pedalear a veces se quedaba atascada. Tras un par de paradas de emergencia y dado que estábamos cerca del centro, decidimos ir a las bicicleterías de la Calle San Diego, bastante más cerca que las 1, 2 y 3 arriba mencionadas.

Así, llegamos a la bicicletería 4 que tras un examen poco minucioso y un pago de 500 pesos declaró que se trataba del buje. Como allí no tenían tal pieza para cambiarla y no estábamos muy convencidos con el diagnóstico fuimos a la bicicletería 5 donde nos dijeron que había que cambiar el buje y el eje del pedalier; total unos 250 euros.
Tras el susto inicial pero comprendiendo que el diagnóstico era más cercano a la realidad, nos tomamos unos momentos de reflexión para llamar a David (tienda donde compramos las bicis), y poner un par de mails a ciclistas que hemos conocido, para ver cómo lo hacen ellos para reparar sus bicis sin tener el respaldo del Banco Central. Nosotros llevábamos unos 300 € invertidos y, para las dos bicis, esto supondría 500 € adicionales.

Decidimos quedarnos en Santiago y dedicamos la tarde a llamar a varias bicicleterías (5,6,7,8,9,…) hasta que dimos con una que nos dijo que lo tenía, pero que no nos lo podía dar hasta el lunes. Sin saber bien qué hacer y como ya casi se había pasado el día, decidimos esperar hasta el día siguiente.
El sábado 17 fuimos a otra zona llena de bicicleterías y tras preguntar en la bicicletería 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16 , 17 y 18 encontramos una que nos vendía sólo los platos que fallaban. Nos recomendaron que fuéramos a la bicicletería 19 –que además es taller- para que nos lo instalaran.

Así lo hicimos.

Tras 11 días, 19 bicicleterías y unos 400 euros parece que tenemos las bicis listas para continuar. Además, podemos decir que somos unos expertos en bicicleterías en Santiago y que hemos hecho algún amigo entre el personal de las mismas.

Eso sí, el buje de la rueda trasera de Carlos no sabemos si va a durar… pero ya estamos demasiado agotados para tratar de repararlo esta vez.

1 comentario:

  1. Aquí el amigo 23, que después del viaje 24, está en Barcelona admirado de la odisea 25 con las bicicleterías. Esperamos que todo vaya mejor y que podáis seguir la ruta bien. Muchos ánimos, que seguro que os ha sentado bien descansar de tantas pedaladas.
    Un abrazo fuerte,

    Ly P.

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