jueves, 18 de marzo de 2010

NAVIMAG... Y MÁS...

Estamos en Entre Lagos, una localidad a orillas del lago Peyehue, a la altura de Villa de La Angostura argentina, muy cerca de donde hace casi tres meses empezamos a pedalear por la Patagonia con la diferencia de que ahora lo hacemos hacia norte. Llegar hasta aquí desde Ushuaia ha sido todo un periplo…

Partimos del Fin de Mundo en bus y tras 16 horas de viaje llegamos a Puerto Natales, de donde partía el ferry Navimag que durante cuatro días (del lunes 8 al viernes 12) nos ha llevado hasta Puerto Montt recorriendo los canales patagónicos.
Se trata de un ferry de transporte de mercancías que en verano habilitan también para pasajeros, en su mayoría guiris.
El trayecto se realiza entre islas y glaciares. Es impresionante ver la infinitud de islas vírgenes que hay. Sólo una de ellas está habitada, donde se encuentra Puerto Edén, un pueblecito que se abastece dos veces a la semana gracias a este mismo ferry.
Hemos visto toninas (un tipo de delfín) y sprays de ballena. No la ballena en sí, porque huyen de los barcos, pero sí el agua que expulsan- estábamos rodeados! Un pequeño tramo del recorrido se realiza a mar abierto, el golfo de Penas, y realmente se notan las olas del Pacífico: ese día a la hora de la cena el comedor estaba medio vacío- muchos pasajeros estaban mareados tumbados en sus camarotes, incluido Carlos! Nosotros habíamos contratado literas C, compartiendo camarote y baños con más gente, pero tuvimos la suerte de que no cabían nuestras alforjas en los armarios y el jefe de cabinas nos hizo un “upgrade” a camarote con baño privado!! Así que ha sido un viaje de lujo!! En cualquier caso, es un viaje muy recomendable e interesante para quien quiera recorrer los fiordos patagónicos (y mucho más barato que los fiordos noruegos!).

Llegamos a Puerto Montt, una ciudad grande con muchos coches, ruido, humo, vendedores ambulantes… así que esperamos un día más de la cuenta a que parara de llover y emprendimos de nuevo el pedaleo rumbo al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales. Pasamos por Puerto Varas, un pueblecito muy pintoresco, y pedaleamos bordeando el lago Llanquihue hasta llegar a Petrohué, en el lago Todos los Santos, a los pies del volcán Osorno.
Allí tuvimos que cruzar el río para llegar a la zona de acampada, metiendo las bicis en una barquita.
Al día siguiente seguimos ruta al norte. Ahora, entre que estamos más al norte y que empieza el otoño, los días son mucho más cortos: se estaba haciendo tarde y no encontrábamos dónde pasar la noche.
Entonces apareció un pueblito chiquito que no aparece en el mapa, la Calo, donde Juan, el paramédico, y su mujer Irma, nos cedieron un alojamiento de lujo en la posta de salud rural: un box de pediatría! Dormimos de maravilla entre la camilla de consulta y la báscula de bebés!! Da gusto encontrarse a gente tan amable y simpática por el camino!
El único inconveniente fue que nos pesamos por primera vez desde que empezó el viaje, confirmando los peores temores: Carlos ha llegado a 0,1 tn y Sonia… Sonia no lo incluiremos porque es una dama. Lo cierto es que la alimentación a base de grasas (los botes de mantequilla de 500 gr nos duran una semana, las cajas de galleta un día y las tabletas de chocolate tan sólo unas horas) deja estos resultados que contrarresta cualquier pedaleo, por lo que hemos decidido empezar una “dieta” centrada en los hidratos de carbono y que limite tanta grasa… Tan rica, por otro lado.

Siguiendo con el relato, al día siguiente y con fuerzas renovadas, continuamos hasta llegar a las termas de Puyehue, donde nos habían asegurado que había un camping pero al llegar resultó estar cerrado y el único alojamiento posible eran unas cabañas por 60.000 pesos la noche (90 y pico euros). ¿Estamos locos? Nos metimos en el camping, aunque sin servicios, y pasamos la noche la mar de bien. Al día siguiente estuvimos casi dos horas metidos en las aguas termales naturales que se generan alrededor del río. Qué contraste meterte en el río de agua helada y luego en las pozas de agua caliente!!!
Y hoy nos hemos trasladado hasta Osorno en autobús, sin bicis, sólo con la rueda trasera de Sonia porque la llanta se está empezando a romper. No hemos encontrado repuesto pero nos han hecho un apaño que esperamos que dure hasta Santiago. Por otro lado, en 4/5 días, si todo va bien, nos encontraremos con nuestros amigos Marie y Simon para volver a pedalear todos juntos hacia el norte!

Besos,

3 comentarios:

  1. Cruceros, baños termales, chocolate...Está bajando mucho el ritmo de sufrimiento chicos.
    Por cierto Carlos, aún sigues con las gafas de Paco Clavel, lo que atenúa notablemente tu nuevo aspecto de rudo macho barbudo.
    Un beso!!

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  2. Hola!!!
    Digo yo q con el esfuerzo q estais haciendo podeis permitiros comer mantequilla, chocolate y todo lo que se os antoje!
    Sonia, con lo super sana q eras tu, y ahora comiendo todo eso jeje!!
    Pues nada, q os veo fenomenal, como siempre, y con ganas ya de veros. No os pica ya España?
    besazo!

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  3. Hola chicos! Claro que si! Medio kilo de mantequilla por semana! Y eso que no tenéis croisants inyectados de chocolate! Que ricos, eh! Bueno que sepáis que me divierte mucho leer vuestras aventuras! Un abrazo muy grande. CLARITA

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